No hay signo más dulce y amoroso, que un Tauro. Tiernos, sinceros y cariñosos, logran siempre derretir hasta el corazón más helado. Pero, ¿a qué le teme el valiente toro?

Su planeta regente, Venus les ha dado el don de la suavidad. Sin embargo, no hay nada más atemorizante para un Tauro que no poder amar o ser amado, ser peor aún no ser correspondido. Los hijos de Venus suelen ser callados y prácticos, ¡pero pobre de quien se acerque a sus seres amados! ¡O de quien ose hacerlos molestar! Es mejor dar un portazo y salir corriendo, que aguantar la ira de Venus enardecido.

Fidelidad y amor al 100%
Por lo general, pueden pasar desapercibidos no solo porque no son de muchas palabras, sino también por su estilo clásico al vestir. Y aunque su ferocidad es terrible, la mayor parte del tiempo es tímido y callado. Se entristecen si no reciben amor o muestras de cariño, y sobre todo le temen a los engaños. Una mentira es letal, para un Tauro que ha dado hasta el alma por amor.

La estabilidad y la familia, son su delirio además de la buena comida. Un Tauro materialista, temerá perder su fortuna que tanto tiempo le llevo acumular. Un Tauro más maduro y centrado, tendrá miedo de no poder dar un hogar debido ni sustentar a su familia. Además, de solo pensar que pierde su trabajo, su casa o cualquier cosa que denote estabilidad, Tauro puede incluso hasta caer en depresión, pues sería como ‘moverle el piso’.

Lentos, pero seguros
Aunque son lentos para aprender las lecciones de la vida, una vez superada la prueba no olvidan. Esto a veces les hace ser rencorosos, con miedos internos de ser lastimados de nuevo. Por lo que, se cierran en sí mismos después de algún fracaso, y tardan en volver a confiar de nuevo en alguien.

Tercos tal cual toro, por naturaleza. Las personas Tauro temen entregarse por completo, luego de una desilusión amorosa. De igual forma, temen al desprecio y a no sentirse lo suficiente dignos de amor. Sin embargo, si son bien llevados con docilidad serán conquistados nuevamente, eso sí ¡sin presiones! Pues los Tauro odian las prisas, ellos son rutinarios y dejan que todo se desarrolle en calma y tranquilidad, disfrutando cada detalle.

Por ser signo fijo, odia los cambios. Se rehúsa a que lo saquen de su ‘zona de confort’, por lo que las aventuras no le van y mucho menos lograras algún día que cambie de opinión sobre alguien, o sobre un tema. Su miedo a los cambios, a veces le hace perder maravillosas oportunidades en la vida, ¿pero a quien le importa si estoy al lado de quienes amo? Respondería Tauro.

El reto es aprender a amarse a sí mismos, dedicando tiempo y esfuerzo. Cuando Tauro aprenda esto, no le temerá a nada. Pues habrá entendido, que si alguien parte de su vida será por su propia voluntad, mas no por su culpa. Una lección de vida que tal vez, le cueste muchos años pero que sin lugar a dudas valdrá la pena.