Pocas cosas hablan tanto de la concepción del mundo árabe sobre el tiempo como el arco: un arma que, en unas décimas de segunda, hiere a lo fugitivo, a lo que ahora es nuestro aunque estuviera lejos. El arma perfecta para sobrevivir en el desierto.

Si naciste bajo este signo entonces tienes esa relación especial con el tiempo, como una parte esencial de tu personalidad. Vives con la mente en el mañana, pero sabes que el presente es la catapulta ideal para llegar a donde deseas estar.

Mientras escalamos la montaña, la montaña no es tal, sino el puro esfuerzo de escalarla. Somos la montaña que nos rendirá su cima mañana. El presente es el esfuerzo de tensar el arco. Y eso es algo que comprendes muy bien.

Tu mayor debilidad proviene de esta fortaleza: a veces por estar centrado en lo que vendrá te olvidas de lo inmediato, de las necesidades de los que te rodean. Por ello no te es sencillo establecer relaciones de peso, y prefieres (en no pocas ocasiones) la soledad al esfuerzo pesado de las relaciones humanas.

También el amor es una recompensa que nos ganamos. Eso es algo que debes aprender.