Dentro de la mitología azteca, el jaguar es uno de los seres más poderosos. Uno de los soles de la creación era un enorme jaguar, y sus rayas eran las cicatrices de sus combates con las grandes águilas para conservar el dominio de los cielos. Los grandes chamanes se podían convertir a voluntad en este animal, y se rumoraba que no pocos jaguares eran, en realidad, hechiceros que habían decidido permanecer en la forma de tan soberbia criatura.

Si naciste en alguno de los días que corresponden a este signo, eres una persona competitiva y poco dada las contemplaciones. Lo tuyo es la acción y el campo de batalla. No crees en las negociaciones ni en el diálogo: para ti, cada uno debe ser capaz de reclamar y tomar lo que mereces.

Crees que lo que tenemos, lo conseguimos por mérito propio. No crees en la caridad, sino en la capacidad de cada uno. Esta idea sobre la vida a veces te lleva a ser un tanto insensible.

En el amor eres seductor y avasallante. No eres de lo que aceptan un no por respuesta, pero tampoco crees en los sí que implican un contrato para siempre. Vienes y vas en las relaciones, a tu aire.